RR.HH. ¿Sabe cuales son los Peores “Colaboradores” Online para el 2021?

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El teletrabajo de los últimos meses no ha dejado en la cuneta a aduladores, vagos, mandones o los que simulan estar siempre ocupados. Les compartimos un excelente compendio extraído del libro “Esta empresa es un zoo” de Juan Manuel Muriel.

Dedicamos unas 1.700 horas al año de media al trabajo. Eso supone que, durante ese tiempo, hablamos, gestionamos, discutimos, colaboramos, reímos y, a veces, también lloramos con compañeros de trabajo, clientes o proveedores. Trabajar supone lidiar cada día con personas que dibujan nuestra rutina diaria, y por aquello de que “el roce hace el cariño”, algunas se incorporan a nuestro círculo de amistades o a nuestra familia. Pero ese no es el objetivo. Ir al trabajo no es sinónimo de hacer amigos, e incluso hay quien prefiere marcar un límite estricto entre su vida personal y laboral.

De una u otra manera, ya sea cara a cara o a través de una pantalla, nadie está exento de interactuar con una tribu laboral en la que abundan los típicos ayeyeros, aquellos que escurren el bulto y los expertos en colgarse medallas ajenas.

También pululan en la red y se pasean por los centros de trabajo simpáticos impenitentes que hablan si parar y no dan un palo al agua, auténticos encantadores de serpientes ante los que se rinden jefes y compañeros. Sin olvidar al que se queja por todo, al cenico o al que ha hecho del ‘no se’ su bandera para eludir responsabilidades. Todos conforman una fauna que no debe perder de vista, más aún este año en que el teletrabajo -en aquellas actividades que sea posible- parece un ecosistema propicio para que se desarrollen estos personajes y otros nuevos que pueden ser tan eficaces como tóxicos.

El ‘commander’

Es un planificador nato y valora por encima de todo el conocimiento. No es paciente con la ineficacia. Un hueso duro de roer en el trabajo en equipo, porque en su afán de resolver no analiza los detalles que requiere el trabajo en remoto e impone decisiones sin valorar las opiniones de los demás. Suele ser carismático y confiado, y muy útil para motivar a los demás hacia la consecución de un objetivo común. Sin embargo, le gusta destacar y estar en el centro de las decisiones importantes, lo que puede generar problemas si trabaja desde casa.

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El Adulador

Hay quien dice que adulador se nace, y algo de razón tiene. ¡Que levante la mano aquel que no haya compartido aula con uno de ellos! Su patrón coincide con el de una persona insegura que no confía en sus capacidades, y por eso decide adular a los que, a su parecer, pueden decidir sobre su futuro. En algunos casos despierta cierta simpatía por su inocencia, y lo cierto es que el buen adulador sólo besa el suelo que pisa su jefe. Lo peor de todo es que su esfuerzo suele ser baldío, porque como no sabe hacer nada mejor, casi nunca consigue un ascenso.

El disciplinado

Afín a las normas y a las reglas, puntual en su trabajo, fiel y leal, es el mejor asistente. Los más disciplinados han superado mejor el confinamiento haciendo de los nuevos hábitos su mejor socio para trabajar, pero su escasa iniciativa para superar imprevistos lo convierte en una pesada carga en equipos de trabajo que demandan continua adaptación. Mantenerle ocupado con un listado de tareas diarias es la mejor opción para garantizar su eficacia.

El zombi

Camina por la oficina sin rumbo, la cabeza baja para evitar la mirada, arrastra los pies y no levanta los ojos de su smartphone. Entregado a su rutina, quiere pasar inadvertido pero esta presente. De hecho, por sus maneras, ha logrado que todos lo conozcan aunque pocos han cruzado con él o con ella dos palabras. El zombi es un profesional de la apariencia, que en remoto puede llegar a ser tan entrañable como dañino. Algunos aseguran que si hace su trabajo y no molesta es un antídoto contra el estrés. No obstante, que esté cómodo perjudica. A diferencia del disciplinado, no resuelve y, por ello, desmotiva al resto. El zombi es una consecuencia de la falta de supervisión y… en tiempos de Covid que priorizan los resultados más que la gestión, los muertos vivientes pueden ser una plaga muy peligrosa para las organizaciones.

El “vivo”

Experto en escurrir responsabilidades, echar balones fuera o repartir marrones. La primera vez que este personaje pidió su ayuda se la ofreció de buen grado, pero tras observar que era el primero en irse a casa y presumir de haber ‘terminado su tarea’… Este personaje sabe eludir trabajo y responsabilidades también online y con una elegancia envidiable: en algunos casos no pedirá ayuda, simplemente provocará que hagan su trabajo tras varios correos en los que finge su incapacidad mientras saca adelante otra tarea que luce más. No se deje embaucar por su encantos.

El ‘trepador’

Llegar a lo más alto, caiga quien caiga, es su razón de ser. A diferencia del adulador, es un gran estratega. No escatima recursos para conseguir sus objetivos y durante el confinamiento fue uno de los más dicharacheros para levantar el ánimo, porque sabe que el equipo es su trampolín para crecer. Suele ser ingenioso, y por ello le seducirá, pero no baje la guardia: su condescendencia es la plataforma que necesita para llegar a lo más alto.

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El agazapado

Tiene iniciativa y las actitudes deseables en un compañero de trabajo. Lo sabe y está esperando a dar el salto, dentro o fuera de la empresa. Puede ser el mejor aliado y también un contrincante feroz cuando atisba la mínima oportunidad de promoción o mejora profesional. El agazapado tiene la empatía de la que carece el trepador, y no se le ve venir. El trabajo en remoto le permite investigar sin ser visto desde una posición privilegiada. Colaborador y eficaz en su trabajo, imprescindible llegado el caso, no dudará en dejar todo si encuentra algo que le convenga más.

El ‘mudito’

Si en la oficina no se le oía, en remoto está siempre en mute. No por ello renuncia a su destreza para intervenir en un chat, incluso con cámara, para dejar a cualquiera en ridículo. Su silencio hechiza a los profesionales más productivos que, simplemente, le ignoran… hasta que surge de la nada y da su golpe de gracia. Desconfíe de este observador a quien nadie presta atención y que es letal para el trabajo en equipo.

El emprendedor

Su actitud e iniciativa son similares a las del agazapado, pero tiene una idea de negocio muy clara que pondrá en marcha en cuanto consiga financiación. Puede llegar a ser muy agresivo para la empresa, ya que su start up puede ser un duro competidor. En su proyecto tratará de contar con aliados… Desconfíe, suelen ser jefes implacables.

El mandón

No ve más allá de su propio ego. Como colega es tan insufrible que el trabajo en equipo suele expulsarle de manera natural, porque es un líder de pacotilla, pero si llega a jefe… la única solución es intentar hacerle comprender, siempre con sólidos argumentos y sin dañar su ego, que no tiene la razón. Trate de llevarle a su terreno. En su faceta online puede ser demoledor. Sus mails son más que contundentes. No caiga en la tentación de responder en caliente: espere, recapacite y mida cada palabra antes de enviar.

El agobiado

No maneja el tiempo ni el estrés, y en teletrabajo ni siquiera tiene un hombro en el que ‘llorar’ su desgracia. En remoto se le acabó la teatralización de su exceso de trabajo -casi siempre sin fundamento-. Pero la tecnología le pemite dejar por escrito su desasosiego. La única ventaja es que en remoto no le ve: el agobiado es como un géiser en continua actividad. No permita que le salpique a su equipo.

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El quejoso

Es un profesional del ‘es que’, y puede que en esta situación tenga fundamento. Suele ser trabajador pero… un auténtico dolor de cabeza. Lo mejor es tratar de callarle la boca, escuchar su queja pero cortarle en seco llevando la conversación a temas laborales. Mantenerle ocupado es la mejor opción… hasta que vuelva a quejarse. Es así, sólo cabe gestionar su actitud, no intente cambiarlo, es un caso perdido.

El ‘quisquilloso’

Experto en identificar problemas donde no los hay, demuestra su eficacia frenando cualquier proyecto. En remoto también hace gala de su afán burócrata al lanzar un correo en contra cuando se ha alcanzado un acuerdo. Aparenta un perfeccionismo que esconde una profunda inseguridad y cero eficacia, ambas tan contagiosas que pueden llevar al fracaso un proyecto brillante. Manténgase al margen de sus argucias o tome decisiones tan contundentes que este impertinente opte por dejar el equipo.

El seductor

Déjese seducir por sus halagos, por sus ánimos y por su encanto. No es un adulador, ni un “vivo”, ni si quiera busca la eficiencia, sólo quiere que todo vaya bien. Por eso trata de cautivarle con sus acciones y… antes de que se dé cuenta, estará haciendo su trabajo. Lo peor es que a usted no le importará. El seductor puede llegar a jefe pero, a diferencia del “vivo”, no lo pretende. A pesar de todo, suele ser un buen mando: puede conseguir lo que se proponga, le basta con sacar a relucir su palabrería y, en remoto, a falta de una sonrisa, bien vale un mensaje de voz.

El eficiente

Vive su momento. Rápido, diligente… los datos son el hábitat para evidenciar que la eficiencia es un hecho. Téngalo cerca, porque le ayudará en todo. Pero, por favor, no se aproveche. Si le satura se arriesga a perder una herramienta básica para trabajar online.

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Los jefes
  • Incompetente. Posee el don de la elocuencia pero carece de empatía para liderar. Tiene un carisma que nadie cuestiona, por eso es clave demostrar su ineptitud antes de que su incompetencia sea tan evidente como la ruina de la empresa.
  • Atacado. Capaz de aniquilar el mejor talento, dominar y anticipar sus trampas es la estrategia con más sentido para evitar que su estado de estrés constante le arrastre. Su histerismo refleja una inseguridad que no puede gestionar.
  • Caradura. Es un experto en escaquearse de su trabajo y es muy hábil para estar sin hacer nada. El teletrabajo no le permite estar presente, pero sí que le facilita salir airoso de cualquier situación conflictiva con un ‘mail’ ingenioso.
  • Quejoso boss. Le pone ‘peros’ a todo con lo que traslada una inseguridad muy nociva a los equipos de trabajo. Su objetivo es encontrar aliados que le permitan justificar su malestar. Manténgase ocupado y haga oídos sordos ante la protesta injustificada.
  • Ausente. Simplemente no está y el teletrabajo se ha convertido en su peor condena, ya que no puede justificar su trabajo con la vida social de antes. Si antes no le echaba de menos, tampoco lo hará ahora. Céntrese en su tarea.
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El zoo virtual

Depredadores. Peligrosos.

  • Cocodrilo. Esquivo, siempre alerta para cazar a su presa.
  • Hiena. Sólo piensa en su bienestar y se aprovecha del esfuerzo del resto.
  • Buitre. No aporta nada; carroñero, trata de morder la mano que le da de comer.
  • Zorro. Huidizo, no ataca sin estudiar a su presa y diseñar un plan.
  • Serpiente. No la verá venir, ataca cuando menos se espera.
  • Murciélago. vive a costa de los demás.

Neutros. No le ayudarán.

  • Avestruz. Eficaz si las cosas van bien, es una pared cuando hay que tomar decisiones.
  • Hipopótamo. No le importa estar horas en la oficina… si no tiene nada que hacer.
  • Cebra. Gusta por su porte y actitud, pero huye ante el mínimo atisbo de dificultad.
  • Mono. Ruidoso, sociable y muy laborioso si se le entrena bien.
  • Búho. Poco comunicativo, inofensivo, conformista y feliz.
  • Mitológico. Soñador, piensa que son otra cosa que no existe.
  • Loro. Habla y habla, mira a los demás pero no los ve.

Poderosos. Peligrosos ante el ataque.

  • Lobo. Astuto y solitario, va en manada para cazar. Fuerte, eficaz, trabajador y flexible.
  • León. Destaca, respetado, sólo ataca para defender su territorio o por hambre.
  • Oso pardo. Tímido y generoso, deja participar a los demás.
  • Rinoceronte. Fuerte, pero noble, tranquilo y apacible, conviene no atacarle.
  • Elefante. Perezoso, pero si se le controla y exige es muy trabajador.
  • Caballo. Noble, se integra en manada. Laborioso y resistente.

Libres

Dependen de ellos mismos, son libres de sus actos. Sin embargo, al no vivir en un zoo, siempre están expuestos al riesgo.

Locos

Su comportamiento no responde a ninguna pauta y sus reacciones son inesperadas.

Comunidad RH
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