Los cambios tecnológicos y sociales suponen que el futuro del trabajo cambiará para todos, según Financial Times.
¿Avanzamos hacia la feminización del trabajo? ¿Y podría esto conducir a un lugar de trabajo y una economía más equilibrados? Creo que la respuesta a ambas preguntas es sí.
La idea parece en contra de la tendencia de mujeres abandonando la fuerza laboral durante la pandemia en tasas más altas que los hombres para asumir el cuidado de los niños y las cargas de la educación en el hogar.
Pero creo que este es un problema relacionado con el coronavirus que se corregirá a medida que las escuelas vuelvan a abrir y la vida vuelva a algo parecido a la normalidad. La mayoría de las mujeres tienen que trabajar por razones económicas. En todo el mundo, es casi imposible mantener a una familia con un ingreso medio si no lo hacen. Muchas, por supuesto, simplemente quieren hacerlo.
La tendencia más importante es que, en los próximos años, las mujeres también dominarán y redefinirán gran parte del mercado laboral.
Tenga en cuenta que las estudiantes mujeres representan ahora el 59,5% de todos los asistentes a la universidad. Esa tendencia se ha estado gestando durante algún tiempo, pero recibió un gran viento de cola con motivo del Covid-19. Si bien muchas madres se quedaron en casa con sus hijos, más hombres abandonaron la universidad que mujeres, en parte para mantener a las familias. En unos años, esas mujeres con educación universitaria tendrán una ventaja en el mercado laboral.
Y ¿Qué pasa con las mujeres sin título? Si no regresan al trabajo, sería un golpe para el crecimiento económico, que es una función del número de trabajadores más su productividad. Pero, a medida que las escuelas comiencen a abrir de nuevo, es probable que lo hagan. Considere el ejemplo de países como Francia, que mantuvo las escuelas abiertas y tuvo mucho menos desgaste de la fuerza laboral femenina.
Los números de empleos de otoño en Estados Unidos serán reveladores en este frente. Pero, independientemente de lo que muestren las cifras mensuales, hay otra razón para creer que la fuerza laboral será más femenina en el futuro. Muchas de las categorías laborales de más rápido crecimiento en el mundo durante la próxima década se encuentran en la economía del cuidado, donde las mujeres están representadas de manera desproporcionada.
Esa parte de la economía ofrece algunos ejemplos fascinantes de cómo las industrias pueden cambiar cuando hay más mujeres en la fuerza laboral. Un próximo libro de la profesora de Harvard Claudia Goldin, Carrera y familia: el viaje de un siglo de mujeres hacia la equidad, analiza cómo las mujeres han luchado por equilibrar el trabajo y el hogar durante décadas. Entre sus muchas conclusiones, destaca la noción de que la participación femenina en el lugar de trabajo cambia la naturaleza misma del trabajo.
A medida que las mujeres se convirtieron en doctoras, por ejemplo, aumentaron las oportunidades de trabajo flexible en el campo para todos. Un aumento en el número de veterinarias cambió toda la estructura de la industria, que comenzó a consolidarse, ya que las mujeres normalmente no querían el horario de 24 horas al día, 7 días a la semana que suele llevar aparejado.
Si bien la pandemia golpeó duramente a los padres que trabajan, también provocó un replanteamiento muy necesario sobre el equilibrio entre el trabajo y la vida. ¿Por qué tantos de nosotros estamos quemados? ¿Deben los mercados laborales en los países ricos tener la forma de una barra, con demasiados puestos de trabajo en la parte superior e inferior y no lo suficiente en el medio? ¿Podemos todos encontrar un mejor equilibrio? ¿No sería mejor económica y políticamente si lo hiciéramos?
Ya hay señales de cambio. La mayoría de las grandes corporaciones se están moviendo hacia un horario flexible permanente. El 70% de los empleados cree que esto aumentará la diversidad en la contratación, según una encuesta de McKinsey. Los recortes en los viajes de negocios de larga distancia facilitarán que los padres que trabajan asuman los grandes puestos corporativos. Las empresas incluso están llegando a priorizar el “significado” del trabajo. Solo mire a los bancos de inversión que automatizan tareas más serviles, no solo para ahorrar dinero sino también para atraer mejores talentos al ofrecer puestos de mayor calidad para los humanos.
Ciertamente, hay muchos contraindicadores. La desigualdad continúa dividiendo el mercado laboral de maneras que fomentan horas más extremas, un resultado que generalmente no favorece a las mujeres. En el extremo inferior del espectro socioeconómico, el software de programación automatizada ha creado un nuevo taylorismo de alta tecnología que es brutal para todos los trabajadores mal pagados, pero particularmente difícil para las familias trabajadoras.
Sin embargo, a pesar de todo esto, siguimos pensando que el lugar de trabajo se volverá más feminizado, y quizás más humanizado, debido a los cambios tecnológicos a gran escala. Después de que el software, la inteligencia artificial y otras tecnologías de vanguardia hayan perturbado aún más la fuerza laboral, la codificación y la atención constituirán gran parte de lo que queda en el mercado laboral. Incluso el número de programadores necesarios será mucho menor, a medida que las máquinas se dirijan mejor a sí mismas. El software, como dijo el fundador de Netscape, Marc Andreessen, se comerá el mundo.
Mientras tanto, una población que envejece y la necesidad de una mejor educación requerirán más atención, maestros, trabajadores de la salud y, por supuesto, cuidadores de niños para quienes brinden esa mano de obra. Elevar el conjunto de habilidades y el salario de quienes se encuentran en esta “economía del cuidado” es una de las principales prioridades de la Casa Blanca de Biden.
La diversidad, por supuesto, se ha convertido en un objetivo clave de los negocios. Pero incluso si las empresas priorizaran solo las ganancias, deberían buscar contratar a más mujeres, dados los datos que muestran que el rendimiento de las acciones puede ser hasta un 50% más alto cuando hay un mayor número de mujeres líderes.
En un mundo cada vez más digital, las empresas que prosperarán serán aquellas con trabajadores más educados y empáticos. Sospecho que la mayoría serán mujeres.
