¿Existen Despidos por Racismo?

Les traemos el caso de EE.UU. donde se armó un reciente debate sobre el tema

La problemática del racismo pareciera ser una cuestión de la época de la esclavitud, pero en muchas situaciones y lugares siguen sucediendo actos que marcan a ciertas personas o grupos sea por su origen o color de piel.

Al respecto, el diario peruano Gestión, en base un artículo de Blomberg, nos cuenta la situación del país norteamericano donde si se se puede despedir a alguien por ser racista.

Menciona que se supone que no debería haber nazis en las oficinas estadounidenses, ya que sería muy improbable que el departamento de RRHH  de una empresa se quedara de brazos cruzados si un empleado pusiera esvásticas en su escritorio o defendiera ideas sobre la superioridad racial frente a la cafetera.

Pero al parecer, fuera de la oficina, la relación entre los códigos de conducta corporativa y la política del odio es menos sencilla, ya que no queda del todo claro que siempre se despedirá a los empleados por ser nazis fuera del horario de trabajo.

En tal sentido, alega que solo se debe pensar en las marchas organizadas recientemente por nacionalistas blancos en Virginia, con eslóganes antisemitas, símbolos nazis y un ataque contra manifestantes opositores a la marcha que terminó con una persona muerta y que le costó el empleo a por lo menos cuatro participantes de la manifestación.

Exposición de identidades

Al respecto, investigadores aficionados como Logan Smith, que administra la cuenta de Twitter Yes, You’re a Racist (Sí, eres racista), expuso las identidades de algunos participantes y en algunos casos hasta dónde trabajan.

Lo que en cuestión de una semana repercutió en que varios de los identificados habían perdido el empleo por comportamientos que ocurrieron lejos de sus lugares de trabajo, pero la diferencia allí es que los públicos cuentan con más protecciones, incluso para lo que podría denominarse discurso de incitación al odio fuera de la oficina, gracias a las restricciones que impone la Primera Enmienda a la intervención del Gobierno estadounidense.

Lo que significa que un empleado de una institución del Estado, puede decir lo que quiera sin consecuencia alguna, pero está argumentada en a la vez que si un empleador gubernamental puede demostrar que los actos del empleado son una “cuestión de preocupación pública”, podría ser despedido, según Jonathan Segal, abogado laboral de Duane Morris.

Al efecto, este profesional de las leyes ejemplificó el caso de que si policía integra un grupo de nacionalistas blancos podría perder el empleo, como ocurrió en 2015 cuando dos policías de Alabama perdieron los suyos por pertenecer a un grupo de nacionalistas blancos.

Sector privado

En tanto que los empleados del sector privado están menos protegidos, a menos que trabajen por un contrato que diga explícitamente lo contrario, ya que muchos de los contratos sindicales exigen al empleador que demuestre una “causa justa” para despedir a un empleado.

Es decir, el empleador tendría que demostrar que de alguna manera esa actividad afecta el espacio laboral o la capacidad del trabajador para realizar su tarea. Por ejemplo, si un miembro de un grupo de supremacistas blancos representa a la empresa como parte de su empleo, la compañía podría argumentar de manera razonable que la reputación de la organización quedaría manchada por la asociación.

Otros trabajadores también podrían quejarse de un ambiente laboral hostil, ya que los supremacistas blancos en el trabajo son un problema para sus empleadores porque pueden mancillar la reputación de la organización y contrarrestar las iniciativas a favor de la diversidad y la inclusión.

Sintetiza la nota que las empresas no quieren asustar a los empleados y hacerles pensar que los pueden despedir por cualquier cosa que hagan en su tiempo libre.

“Uno no quiere que esto se vuelva algo político, sino una cuestión de la decencia contra el odio, no se puede creer que no pueden tener opiniones políticas distintas, incluso donde no serían protegidos”, sentenció por último Segal.