Meta despide a miles de empleados por «bajo rendimiento» y desata un debate sobre justicia, reputación, productividad y cultura laboral.
Los trabajadores despedidos por Meta en su último recorte -que apuntó públicamente a los empleados de bajo rendimiento- no tardaron en responder. Conscientes del estigma que supone ser etiquetados de esa manera, los empleados afectados recurrieron a LinkedIn para lamentarse de su antiguo empleador y defender su reputación:»Seamos claros: esa etiqueta es engañosa y, para muchos de nosotros, es completamente incorrecta», dijo Steven Sczepanik, exdiseñador de producto de Meta, quien aseguró haberse visto arrastrado por un proceso que tenía más que ver con cumplir cifras que con evaluar de manera justa el rendimiento individual.
La decisión de Mark Zuckerberg de calificar aproximadamente al 5% de su plantilla como «empleados de bajo rendimiento» antes de despedirlos, marcó un cambio en la forma en que la empresa tecnológica abordaba su reestructuración. La compañía ya había recortado casi una cuarta parte de su plantilla en los últimos años, al revertir el auge de contrataciones durante la pandemia. Pero esta vez fue algo más personal: el jefe de Meta comunicó a los empleados en un memorando que había decidido «elevar el listón del rendimiento» con un nuevo recorte de unos 3.600 empleados.
Generador de dudas
El cambio de tono de la reestructuración a iniciativas masivas basadas en el rendimiento inyecta un ethos más darwinista en Silicon Valley y ha generado dudas sobre la competencia de trabajadores que, en otras circunstancias, habrían dejado la empresa con su reputación intacta.

En enero Microsoft también realizó despidos basados en el rendimiento, dirigiéndose a un pequeño porcentaje de empleados que habían recibido recompensas inferiores a las esperadas en su última evaluación.
Los defensores de los recortes basados en el rendimiento argumentan que tienen sentido empresarial. Pero para el personal afectado que busca continuar su carrera en otro lugar, pueden suponer una preocupante mancha en su historial.
Estos recortes selectivos tienen asimismo un efecto paralizante en la innovación: un empleado actual de Meta dijo a Financial Times que el personal restante ahora juega sobre seguro para sobrevivir. «La gente teme que esto desincentive la toma de riesgos. Personalmente, he decidido reducir mi ambición y centrarme en logros fáciles y seguros. La gente no sólo tiene miedo de apostar fuerte, ahora también teme tomar bajas por duelo o por paternidad.»
Un exempleado de Microsoft dijo que los despidos habían creado «algo de miedo internamente», y que la decisión de etiquetar a las personas como de bajo rendimiento representaba un «cambio de ambiente» para la empresa.
La práctica de despedir a alguien por deficiencias profesionales no es inusual, pero la decisión de deshacerse en masa de los llamados empleados de bajo rendimiento sólo ha entrado en el repertorio de las grandes tecnológicas en los últimos años, habiendo surgido primero en la red social Twitter.
La adquisición de Twitter (ahora X) por Elon Musk por 44.000 millones de dólares en 2022 fue acompañada por un correo titulado «A Fork in the Road», en el que planteaba un ultimátum a los empleados para aceptar una cultura «extremadamente hardcore» o marcharse, antes de que Musk redujera la plantilla en aproximadamente un 80%, hasta 1.500 empleados.

Musk ha aplicado desde entonces este enfoque a empleados federales al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (Doge) en el Gobierno de Donald Trump.
Abogados y académicos afirman que este comportamiento del fundador de Tesla ha dado cobertura a las grandes tecnológicas para adoptar un enfoque más agresivo con sus propios empleados. Un mercado laboral más ajustado también ha envalentonado a empresas que antes se sentían menos seguras compitiendo por talento.
Volviendo al caso de Meta, allí varios exempleados han afirmado que fueron despedidos tras un breve periodo de baja médica o de maternidad y que acababan de reincorporarse al trabajo. «Nunca antes había recibido una evaluación por debajo de ‘cumple con todo’ en mis más de tres años en Meta, y estuve de baja por maternidad seis meses hasta noviembre», dijo Elana Reman Safner, exabogada de la compañía, en una publicación en redes sociales. «Muchos de los despedidos hoy parecen tener historias similares: un historial de buen rendimiento y una reciente ausencia por baja».
A todo esto se suma que los empleados despedidos por motivos de rendimiento no tienen derecho a indemnización ni a ciertas prestaciones por desempleo. En algunas empresas, como Microsoft, pierden el acceso a recursos internos de solicitud y entrevistas que sí están disponibles para quienes son despedidos por reestructuración.

Un reclutador sénior de una gran tecnológica dijo que las empresas podrían verse obligadas a justificar en los tribunales su decisión de despedir personal por rendimiento, especialmente si no cubren el puesto.
El mismo reclutador añadió que es poco probable que los empleados queden marcados por estos recortes, dada la puerta giratoria que existe en Silicon Valley: «La gente sabe que la política interna y externa juega un papel enorme en todo esto. La gente buena reconoce a la gente buena. Y los despidos no empañan la imagen de una buena contratación».