Nuevas generaciones buscan experiencias agradables para cumplir con objetivos profesionales
Les parece actual aún las oficinas cerradas al estilo cubículo y un jefe al costado separado por una pared o mampara que, con el tiempo fue evolucionando a blindex transparentes?
A muchos quizás sí, por sobre todo a los mayores de 35 años que pertenecen a la generación anterior (X) a diferencia de los actuales (Y) que serían los menores de 35 de la fuerza laboral.
Estos últimos, definidos también como los nuevos talentos, buscan;
experiencias como ambientes más agradables y frescos donde a la vez se puedan sentir libres, sin dejar de estar comprometidos, para cumplir con los objetivos profesionales.
A raíz de ello, surge la nueva tendencia de las “oficinas flexibles”, según lo publicado por Zona Jobs de Argentina, a mediados del 2016.
Menciona que por lo general la persona a cargo sea gerente o dueño de alguna empresa, sueña con que sus empleados alcancen su máximo nivel de productividad al momento de realizar su trabajo.
Allí es donde se da una especie de encrucijada, donde esta preferencia se enmarca en espacios laborales donde confluyan los deseos de unos y otros, de forma más colaborativa que terminan en nuevas formas de relacionarse que implica compartir el espacio con el jefe.
Este tipo de estructura, que en realidad no cuenta de una estructura como tal física, proporciona a cada empleado la posibilidad de elegir su área de trabajo en función de lo que le resulte más cómodo a la hora de llevar a cabo sus tareas, indica Zona Jobs.
Al parecer, esto potencia las habilidades y promueve mejores resultados, que viene directamente proporcional con las tecnologías móviles, que se convierten en el mejor aliado de este tipo de oficinas. Es así que cada empleado podrá seguir “conectado” en cualquier espacio en el que se sienta a gusto, trasladando de esa forma su trabajo a cualquier parte, explica el artículo.
IMPLICANCIAS
Esta nueva modalidad implica el fin de las oficinas cerradas, lo que se traduce en espacios donde conviven tanto directores y jefes como colaboradores, en ambientes donde pueden escucharse y, a su vez, donde pueden compartir sin molestarse unos a otros.
De esta forma, termina el mito de que el jefe es alguien a quien se le tenga que tener miedo, sin dejar de lado el respeto a las jerarquías, pero de manera más jovial ya que convierte en alguien con quien se puede hablar, alguien a quien no es necesario “tocarle la puerta”, alguien a quien se lo respeta por su conocimiento y su grado de involucramiento en el día a día de sus empleados.
Esto significa que la nueva tendencia no se limita a un simple cambio en la movilidad, sino que también pretende generar un clima organizacional donde los trabajadores puedan interactuar, por lo que se cree fomentará la integración de la vida laboral y personal de la generación Y, dando un lugar preponderante a lo que los empleados de hoy priorizan: espacios abiertos, cómodos, bien iluminados, con tecnologías móviles y con un área de RRHH que se muestre flexible y dispuesto a considerar las nuevas necesidades.
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